Otro suspiro. Tres
acordes desdibujados que se difuminan en la fría y oscura noche de
la capital. Un piano sonando a lo lejos. Cuatro lágrimas derramadas
con prisa. Un abrazo. Una estación. El pitido de un tren que parte.
Seguir corriendo. Mirar atrás. Una palabra acallada por un beso. Una
noche que se persigue a sí misma sin sentido. Ruido. Barullo. Y
luego...silencio. Esquinas. Sombras alargadas. Calles empedradas. El
sonido de unos tacones entre caminar o correr. Brisa. Dos personas.
Olor a recuerdos. Buscarse entre calles abandonadas cuando todos
duermen. Demandar amor al silencio. Soledad. Esa letra. Canciones. De
nuevo esos tres acordes. Seguirse buscando. Calles que dejan de ser
calles y se convierten en refugio. Frío. Incertidumbre. Necesidad de
abrazos. Madrid desgastado a las espaldas. Hojas que caen. Perros que
ladran. Sentimientos que muerden. Un mechón de pelo que cae rebelde
sobre la mejilla derecha de ella. Tacto. Distancia. Silencio.
Inercia. El cordón derecho del zapato de él que se termina de
desanudar. Seguir caminando solitariamente. Cabeza gacha. Miedo
instalado en lo más recóndito del corazón.
Y en medio de la
eternidad, chocar. Dos imanes que se atraen con una fuerza
astronómicamente imparable. Un amanecer para encontrarse y perderse
en compañía. Tres acordes con los cuales enamorarse. Cruce de
miradas. Instante de encuentro. Lluvia sobre las mejillas. Primavera
en la escalera y verano en la recámara. Ser otoño ligero e invierno
de abrigo. Manos que se entrelazan. Un final feliz. Piezas que
encajan. Sonrisas adormecidas que despiertan de nuevo. Dos almas. Un
destino. Tres acordes de un piano desgastado. Madrid en el bolsillo.
En busca y captura de una noche estrellada...
Tu fan número uno te ha leído ;)
ResponderEliminarTe quiero nena!
Agradezco tus palabras, los chicos por estos lares no tenemos tanto gancho seguidor como las mujeres (no sé por qué será xd)
ResponderEliminarVaya, tú tampoco lo haces mal. Me gusta tu estilo.