30 de agosto de 2015

¿Y si fuera Amor?

El Amor es como ese café de primera hora de la mañana sin el que muchos no sabemos vivir. Es una montaña rusa de emociones. Un juego de azar. Un viaje con billete de ida pero sin fecha de retorno. El Amor es eso que nos sucede cuando creemos que las posibilidades se han agotado y estamos mirando hacia otra parte.

Amor es coger un avión sólo para ver como se ilumina su sonrisa tras varias horas de espera. Un abrazo de despedida que no acaba nunca en una estación. Es un ''no quiero que te vuelvas a marchar'' susurrado al oído y cargado de sentimientos. Es un salto al vacío, apostarlo todo sin saber el resultado. Es decidir arriesgarse por alguien que merece la pena.

El Amor es un mensaje suyo a las 4 de la madrugada cuando tú vuelves de una noche de fiesta y él entra a trabajar. Es sus ''Buenas noches'' y tus ''Buenos días'' antes de que tu jornada termine y la suya comience. Es querer más allá de la distancia, del tiempo y de las inseguridades. Amor es un beso con multa incluida. Es perder la noción del tiempo, dejarse llevar, rozar las nubes con las puntas de tus dedos y sentir que lo más lejos que quieres estar es a su lado.

Amor es saber que te han cambiado la vida y sentirse agradecido. Saber donde empiezan tus sentimientos pero no donde terminan. Es repetirse, cada día, la suerte que tuviste de que esa persona especial se cruzara en tu vida incluso cuando el momento no era el adecuado. Es entender que lucharías contra todo y contra todos por esa magia que se crea al miraros.

El Amor es querer sin esperar nada a cambio. Es ese gesto desinteresado, esas ganas incontrolables de volver a verse y esa sonrisa tonta que se dibuja en tus labios al recordar cada momento vivido a su lado. Amor es despertarte y dormirte imaginando cómo será vuestro siguiente encuentro.

Hace un tiempo alguien muy sabio me dijo que cuando amas algo de verdad, hay que dejarlo libre porque, si después de dejarlo libre regresa, es porque siempre fue tuyo.

Quiero creer que eso es el Amor para mí. El sentirse libre al lado de una persona que te ama tanto que te hace no necesitar nada más. Estar al lado de alguien que sólo busca hacerte feliz sin reproches, ni celos, ni objeciones.

Ese es el Amor más puro, el que nace de la libertad, de la decisión de dos personas maduras que eligen libremente realizar juntos una parte del camino de sus vidas.

28 de julio de 2015

Es tiempo de valientes

Esta mañana, al abrir la ventana, todo parecía distinto. Las calles de la ciudad seguían siendo las mismas, las montañas que se dibujaban al fondo del paisaje que observaba desde mi dormitorio no habían cambiado tampoco. Era una sensación extraña la que me invadía por dentro. Me sentía diferente, por algún motivo extraño era yo la que había cambiado.

Respiré hondo y cerré los ojos. Escuché la melodía de fondo de mi reproductor y me dejé llevar. Al momento estaba levantada de la silla, recorriendo mi pequeño rincón bailando, tarareando la letra de aquella conocida canción. Me sentía feliz, pletórica incluso. Es sorprendente como ciertos momentos te hacen cambiar la mentalidad. Empecé a darme cuenta de como lo que antes había sido negro tomaba un precioso tono grisáceo que, con el tiempo, se acabaría convirtiendo en un precioso verde, o rojo, o amarillo, ¡quién sabe!

¡Y qué bonita sensación!

Por primera vez en mucho tiempo me siento libre, con ganas de empezar a vivir, con ganas de aventuras, de arriesgarme, de tirarme por un precipicio y aterrizar en un agua tan clara que refleje mi interior. Tengo ganas de seguir aprendiendo de la vida, de la gente que me rodea y me ayuda a ser fuerte a pesar de toda la oscuridad que, hasta hace unos días, regía mi vida.

Dicen que los héroes son aquellos que en algún momento consiguieron convertir un imposible en algo posible. Y quizá este sea el principio que me hace falta o quizá la continuación de algo que hace tiempo dejé abandonado en un cajón del escritorio cogiendo polvo.

Vestirse corriendo, coger las llaves de casa y salir a perderse por las calles de mi ciudad con nuevas miras. Y vivir, cantando, bailando, alzando la voz en grito y demostrando a todos que, aunque el mundo se rompe en pedazos, estoy siendo valiente de empezar a reconstruir el mío.


Se acabaron las excusas. Hoy es tiempo de valientes.

27 de julio de 2015

Cambio de rumbo

Necesitaba salir de todo esto, ¿sabes? Al final se había convertido en algo enfermizo, obsesivo y altamente tóxico. Lo que en un primer momento se había mostrado como una oportunidad de cambiar las cosas ahora parece sólo un vago recuerdo de lo que pensé que sería. La ilusión inicial se ha convertido en sensaciones negativas que no quiero seguir conteniendo dentro de mí. Las personas que creí que acabarían enseñándome algo nuevo han terminado demostrando que no merecía la pena.

Supongo que he sido una ilusa. Incrédulamente he creído que el mundo está hecho para los valientes, para los que dicen la verdad aunque pueda doler, para aquellos que arriesgan aún sabiendo que pueden fallar. Pero no....esta noche ha vuelto a vencer la mentira, la prepotencia y la manipulación. Al final lo que se busca es a gente que actúe como ovejas, que vivan con miedo a expresarse para tenerlos siempre controlados. 

Y yo no soy así...Nunca he querido ser como los demás y puede que ese sea mi acierto y mi error al mismo tiempo. En mi caso, o caigo bien, o caigo mal. Es así. En mi vida parece que no existen las medias tintas. Pero poco importa ya. Quiero que me conozcan, como soy, con mis errores y mis aciertos, mis dudas y mis decisiones valientes, mis idas y venidas y mis locuras infinitas. No soy una persona fácil de llevar y lo sé, pero cuando algo me importa, de verdad, suelo dar el 200% de mí misma.

He vuelto para quedarme. Para ser la persona que siempre he debido ser. Porque no quiero seguirme ocultando en las sombras nunca más. Porque si tengo que luchar este es el momento de hacerlo y, quien quiera unirse a la lucha, quien quiera vivir a contracorriente, es Bienvenido.



21 de agosto de 2014

Mi manera ''irracional'' de quererte

Te quiero. ¡Vaya! Por fin lo he dicho. Hace un tiempo, antes de que tú llegaras a mi vida, pensaba que el amor era sólo un mito, una justificación que la gente utilizaba para hacer todas esas locuras que vemos a diario. Pensaba que querer significaba renunciar a una parte de nosotros mismos en pos de otra persona y, no, tú me has enseñado que no es así.

Querer es abrazar la naturaleza de la otra persona, toda ella, y crecer a su lado, apoyarse mutuamente, madurar juntos y emprender retos sabiendo que nunca más estarás solo. Querer es un compromiso; el compromiso de ser amigo, compañero y paño de lágrimas en el momento que se tercie. Y sé que dije que no estaba preparada para ello, pero puede que me equivocara. Tú me has hecho darme cuenta de cuánto lo estaba.

A veces, aunque tengamos miedo, necesitamos tirarnos desde un acantilado alto y escarpado sin saber si el resultado de nuestra caída será bueno o malo. Y esa incertidumbre, la de no saber si las cosas saldrán como siempre habíamos planeado, convierte el quererte en una de las aventuras más apasionantes en las que me he visto envuelta desde que tengo uso de razón.

Lo sé, sé que leerás estas palabras y pensarás que soy la persona más cursi del mundo y, por primera vez en todos estos meses, te daré la razón y sonreiré. Y, ¿sabes por qué? Porque estar enamorado es delicioso y duele, mucho cuando la persona a la que amas está tan lejos como lo estás tú, pero te hace feliz, te completa y te da un motivo para levantarte cada mañana y encarar las semanas complicadas en el trabajo.

Quererte. Querernos. Me hace mejor persona. Me convierte en una versión mejorada de mí misma. Me hace desear más, esforzarme más y pensar cada día en nuevas formas de sorprenderte. Y te contaré un secreto. Guardo en una cajita todos los abrazos que tengo ganas de darte, todos los besos que depositaré en tus labios en nuestro próximo reencuentro y todos esos ''te quieros'' que llenan mis días y me hacen anhelarte cada noche.

Es extraño como el tiempo ha pasado sin darnos apenas cuenta desde que te volví a encontrar después de aquel año en el que todo parecía incierto. Es extraño como desde el primer instante me hiciste querer volver a intentarlo y como yo luché con fuerza y garras para no volver a enamorarme de ti cuando en realidad nunca había dejado de estarlo. Creía que era feliz pero descubrí que contigo lo era más, que siempre cuidarías de mi sonrisa como yo lo haría de la tuya.

Supongo que esto es lo que te habría escrito o te habría grabado en vídeo ahora que se acerca la fecha en la que haríamos un año juntos. Un año, ¡dios!, suena tan fuerte...Te habría dicho, quizá, que eres lo más bonito que me ha pasado y me pasará en la vida, que no sé vivir sin ti y que paseo casi cada día por los lugares que compartimos en esta gran ciudad. La vida es algo maravilloso, ¿sabes?, mucho más desde que me enseñaste a valorar los pequeños detalles y creo que es por eso que extraño tanto el café de primera hora de la mañana contigo, y Toledo y tu risa.

Pero te quiero y, por mucho tiempo que pase, por muchas personas que conozca, eso no va a cambiar nunca. Te quiero como nunca querré a nadie. Te quiero como se debe querer a alguien para toda la vida y te lo digo, te lo escribo, porque no me da miedo mostrarme vulnerable, porque ya no me importa lo que la gente piense de nosotros. Me importas tú y sólo quería que no olvidaras que siempre serás el amor de mi vida.



19 de agosto de 2014

Una ciudad que lleva escrito tu nombre

Me habría gustado creer que finalmente las cosas serían justas. No del todo, pero puede que sí medianamente justas. Sin embargo la vida se ha propuesto mostrarme una y otra vez sus sinsabores y recordarme que cada cual tiene lo que se merece. Y es así como han transcurrido los últimos meses entre desdichas, idas y venidas y comeduras de tarro inútiles que lo único que realmente han originado han sido dolores de cabeza, la mayor parte de las veces, insoportables.

Mi vida, todo lo que había obtenido hasta ese momento, se diluía en el transcurrir de las horas muertas delante del ordenador. Escribir siempre había sido mi única vía de escape y, aunque me cueste reconocerlo, llegué a creer en cierto momento que ni siquiera servía para eso. 

Quería gritar. Repetir en voz alta y convencer al mundo de que existen personas que tienen más de lo que merecen y lo desaprovechan en las bocas de otras personas, en las noches furtivas de amor en bares de mala muerte. Y yo...dejándome la voz en el intento de encontrarte, en el caminar de calles oscuras, en el ruido sordo y contaminado de la capital. 

¡Mierda de vida!, pensé. 
Y sí, la vida era una mierda y muy puta la gran mayoría de las veces, pero ¿qué podía hacer yo? No sabía como ir en contra de las convencionalidades, yendo contracorriente en un mundo insulso, superficial y roído. Roído como mis huesos, como mis noches en silencio, como mis amaneceres entre lágrimas. 

Joder, ¡qué sencillo habría sido todo! 
Sólo tenías que quererme, no antes sino ahora, no como cuando éramos críos y jugábamos a tenerlo todo, no. Sólo tenías que haber comprendido que mi vida empezaba en tus labios y recorría perfectamente tu columna vertebral para acabar en aquel lugar prohibido del que muchas contaban maravillas. Ojalá hubiera sido como ellas, ojalá hubiera sacrificado mi orgullo por perderme entre los pliegues de tu piel cada luna llena. Ojalá hubiera sido valiente, decidida y un poco suicida para querer lo que me ofrecías sin pedir nada más. 

Pero no, sólo fui otra hoja rota en tu cuaderno, otro silencio desdibujado, otros labios que ya habías besado. Un página más, ¡qué va! quizá ni eso, en el apasionante cuaderno de tu vida en versos. Ella la musa y yo el sinsentido de tu vida, las ganas de huída, la fuerza de voluntad que nunca tuviste para comprender que los caminos sencillos no llevan a ninguna parte, que mi vida era tuya y que sin ti las rimas sonaban vacías, casi desangeladas, poco comprensibles y demasiado íntimas.

Y acabe, vagando entre las curvas perdidas de una ciudad sin nombre, sin vida, ni sueños, ni ganas. Sin nada. Nada más que ese recuerdo palpitante de tus manos sosteniendo mi espalda, de la complicidad que antaño existía. Un silencio hecho de llamadas que nunca se produjeron, de ilusiones que con el paso del tiempo se rompieron...

Es paradójico como la vida acaba devolviéndote justo al punto donde no desearías nunca regresar. Volver a aquella plaza, volver a aquel verano, volver y saber que, por mucho que la historia hubiese cambiado, yo nunca habría sido tu musa y tú siempre habrías sido mi poesía. 

12 de agosto de 2014

Barcelona huele a ti...

Este fin de semana, al pasear por las calles de esta maravillosa ciudad, he imaginado como habría sido todo con el tacto suave y tostado de tu piel sobre mi mano. Te he imaginado sintiéndote pequeño desde  el Tibidabo, paseando en una tarde de Invierno por la Barceloneta escuchando Red Hot, viendo amanecer en cualquier garito de la Via Olimpica con tu Long Island en mano. Y me he imaginado, contigo, riendo como la primera vez, soñando con los ojos abiertos, haciendo mil planes para acabar escuchando el mar abrazados.

He imaginado como me habría gustado que fuera, el estar contigo, la cara que habría puesto al oírte decir ''te quiero'' al anochecer sobre el puente levadizo camino al Maremagnum, una vuelta por Paseo de Gracia y Via Laietana en moto agarrada a tu cintura. Y esa imagen, la de dos personas enamoradas corriendo como locas por las calles de la Ciudad Condal, intercambiando besos y cosquillas y cosquillas y besos por todo el Barrio Gótico se me ha antojado lo más hermoso del mundo.

Barcelona sabe a ti. Sabe a vino espumoso en la Champagneria y al mejor de los cocktails en una discoteca cualquiera. Barcelona sabe a ese champagne con el que nunca brindaremos, a ese helado con el que nunca jugaré a mancharte la nariz y a recuerdos, supongo.

Jamás antes habría pensado que una sola ciudad pudiera despertar en mí semejante nostalgia. Nostalgia de ti, de tus besos, de tus manías que me sacaban de quicio, te tus ''te quiero'' sin venir a cuento y de los amaneceres que un día fueron el mejor refugio para nuestros abrazos.

Y es que, para mí, Barcelona eres . Barcelona es tu cabello corto y oscuro, tus ojos color avellana brillantes y preciosos. Barcelona es tu sonrisa dormida, tu tacto suave y tus cosquillas infinitas. Barcelona es un ''quiero que este momento dure eternamente'', tuyo, dicho a media voz al oído y tu personalidad inquieta, tus ganas de vivir y de comerte el mundo. Barcelona es despertarse a tu lado sin saber qué esperar pero sabiendo a ciencia cierta que hagas lo que hagas acabarás sonriendo.

Sí, Barcelona me recuerda a ti. Y, aunque es cierto que ese recuerdo se torna melancólico y doloroso, la belleza de imaginarlo convierte cada instante no vivido en el mejor de todos los que ya no compartiremos. 




19 de septiembre de 2013

Para ti, Óscar, te lo mereces

Hoy he comprendido que a veces hay cosas más bonitas que decirle ''te quiero'' a alguien. A veces vale más demostrarle a esa persona cuán especial es y lo increíblemente feliz que te hacía cuando estaba a tu lado, la cantidad de sonrisas que te ha robado y los momentos tan maravillosos que se quedarán para siempre en tu mente. Y lo que es quizá más bonito es cuando te das cuenta de que tienes la maldita suerte de tener a una persona como él en tu vida, de verdad que yo no conozco a nadie como él, nadie que sepa tanto de mí y aún así me quiera de esa manera, que me apoye a pesar de las adversidades, que siga a mi lado aunque ya no nos veamos tanto como antes. Es bonito porque cuando pienso en él sólo tengo cosas maravillosas que decir, porque desde que le conocí hace ya tres años en primero de carrera me ha demostrado que hay amistades que pueden con todo y que se hacen más fuertes ante las dificultades.

Cuando me siento a reflexionar y pienso en todo lo vivido en estos años de carrera siempre le recuerdo a él y siempre recuerdo lo mucho que me gustaba acercarme a él en clase y abrazarle, hacerle sonreír, sentarme a su lado en la ventana y charlar distendidamente hasta que empezara la clase. Estos momentos siempre eran los mejores del día, los que me llenaban las pilas a tope y me hacían tener más ganas de volver al día siguiente. ¡Por dios! No penséis que le ha pasado algo, simplemente dejó la carrera cuando yo me marché de Erasmus y le echo mucho de menos. Hasta hoy siempre había sido una persona muy importante en mi vida pero, hoy, he descubierto que lo es incluso más. Pensaba que era un gran amigo pero, poco a poco y, con el paso del tiempo me ha demostrado que es de lo mejor que voy a conocer en mi vida y que prometo cuidar esta amistad como el regalo más preciado que tengo ahora mismo. Porque sé que podemos estar cada uno en la punta del mundo y seguir queriéndonos y apoyándonos como siempre, no tengo dudas.

Así que, desde aquí te lo digo: Eres uno de los mejores amigos que tengo y jamás podré agradecerte todas las cosas increíbles que has hecho por mí, todas las veces que has sido mi apoyo, mi aliado, mi compañero y mi confesor; todas las veces que hemos reído y llorado juntos, todas las salidas, los cumpleaños, los capotes y los consejos. Eres una persona fantástica a la que yo he tenido la suerte de poder conocer y querer, porque te quiero mucho, Óscar (creo que ya lo sabes). Quiero que sepas que siempre voy a estar ahí para ti y siempre voy a ser tu amiga porque personas como tú sólo se conocen una vez en la vida y yo no quiero ni pienso dejar que nos perdamos.

¡Eres grande, grandísimo!