Alomejor es eso lo que me hace
falta ahora. Una relación que se construya día a día, basada en el cariño, en
tardes sentados en la mesa de un bar hablando, en ratos cocinando entre risas.
Quizá no hace falta que sea irracional para que sea sincero y te llene. Quizás
es eso, quizás es que me he acostumbrado tanto a que me hagan daño que el hecho
de que ahora me quieran de una manera tan sana me abruma.
Y es bonito cuando me mira de esa
manera, cuando su mano roza ligeramente la mía o me abraza sin venir a cuento y
es bonito porque no va deprisa, porque no entiende de tiempo, no entiende de
presiones, simplemente es alegre, reconfortante y saludable para ambos.
Son noches sentada delante de un
ordenador pensando en cómo será el día siguiente a su lado aunque él te repita,
cada día, que deberías vivir más y pensar menos. Y es que te hace bien. Es
pausado, sincero, coherente e incluso desconcertante. Tienes dudas porque no es
el típico chico con el que siempre has estado y puede que eso sea lo bueno, que
es diferente y tierno, que sabe lo que
quiere y que quiere lo que tiene, que aprecia cosas que tú no sabes apreciar y que
te enseña a cómo hacerlo.
Y
es que quizá deba ser así, quizá deba ser amistad sincera y luego cariño
y con el tiempo quien sabe si algo más y puede que empiece por conformismo o
por seguridad pero puede que con el tiempo se convierta en eso que siempre se
espera y puede que sea así porque cuando le miras no sientes que esté roto por
dentro y tus defectos, todas tus inseguridades, se disipan cuando te dice que
incluso sin maquillar eres preciosa.
Pero después de todo nunca sabrás
si estás preparada porque te has roto tantas veces que te da miedo que esta
sólo sea otra recaída más, que sea otro bache y que te hundas incluso más de lo
que ya estás pero, ¿cómo podría alguien tan dulce como él hacerte daño?
Las noches son largas y frías con
esa ausencia de cariño que te acompaña desde hace meses. Los días se hacen
eternos cuando no tienes alguien con quien compartir incluso las cosas malas del
día. Y los amaneceres…eso ya es otro cantar. Por eso su compañía, en los días
impares, se torna como una ráfaga de aire fresco entre tanta organización,
inseguridad y excesivo perfeccionismo. Porque cuando estás a su lado el tiempo
deja de contar en el minutero y los momentos de dispersión, de dejarse llevar
se alargan en tardes frías del mes de Enero. Porque, como bien dicen, no tiene
que ser perfecto para ser bonito y no tiene que ser pactado para ser real,
esperanzador y, a veces, incluso apetecible. Porque a veces está bien dejarse
llevar si es con la persona adecuada.
Yo no sé si es que no me cuentan las cosas o lo poco que sé no me cuadra con tus escritos, pero ya me dirás. Me encanta la entrada, es bonita y positiva, aunque un tanto melancólica... pero ya sabes que adoro los textos de tristeza, soy masoca :S
ResponderEliminarBesiños guapa.
Mi chiquilla, tan sumamente tontita. Lleva razón en muchas cosas. Eres preciosa sin maquillaje, tienes más virtudes que defectos y sobre todo. Podrías tener a todo chico que quisieras.
ResponderEliminarTe di mi opinion, si tu eres feliz , yo lo soy.
Un beso pequeña. Se te quiere por este sur helado.