Un sinfín de emociones recorre ahora mismo mi
cuerpo. Cuando esta mañana he amanecido a las doce ni siquiera hubiera
alcanzado a imaginar la cantidad de sensaciones que he experimentado hoy. Hacía
tiempo que me sentía algo inerte, sentía que las cosas que me pasaban, las
situaciones que vivía, no me llenaban desde que él se fue pero hoy eso ha
cambiado.
Hoy he recibido una de las mayores lecciones
de mi vida. He aprendido que a veces no consigues lo que quieres pero que, si
luchas, la vida te regala cosas incluso mejores. Hoy he aprendido que es
importante jugar limpio, que es importante ser uno mismo y que los amigos son
la familia que nosotros elegimos para compartir nuestra vida.
Hoy he llorado. Me he sentido defraudada por
mí misma cuando no he conseguido algo que ansiaba pero me he dado cuenta de que
no lo he conseguido porque no lo hacía por mí, estaba tratando de demostrar algo
de un modo estúpido e inconsciente, estaba intentando callar bocas de una
manera poco cuerda y meditada y en eso también me he dado cuenta que necesito
mejorar. Hay mil y una maneras de demostrar ciertas cosas y yo hoy no he
elegido el modo más correcto.
Pero también ha sido un día en el que me he
sentido realmente especial, mejor dicho, me han hecho sentir realmente
especial. Hoy he tenido a mi lado a personas que me han demostrado que, a pesar
de los malos momentos y las discusiones, las amistades pueden a todo eso y que,
si te esfuerzas, puedes demostrarle mucho a una persona con un par de horas en
su compañía y con una sonrisa. A veces es lo complicado, lo que más cuesta, lo
que ni siquiera esperas lo que te hace feliz y, aunque esa felicidad dure un
instante, un minuto o unas horas esa sensación no te la puede quitar nadie, es
tuya y la recordarás siempre.
No os hacéis una idea de lo gratificante que
es mirar al exterior y ver como otras personas se sienten felices y realizadas
cuando te ven desenvolver un regalo que ellos mismos han preparado con esmero.
No os hacéis una idea de lo bien que sienta que alguien te diga que eres
especial, que es difícil encontrar a alguien como tú. No os hacéis una idea de
la sensación que produce el hecho de sentirte en paz contigo mismo después de
mucho tiempo juzgándote por cosas que hiciste en el pasado.
Hoy estoy delante del ordenador y pongo esta
entrada para dar las gracias, para agradeceros el día de hoy y esto va tanto
para los que estáis cerca como para los que estáis lejos. Si vosotros no
hubierais creído en mí a pesar de mis errores yo no habría logrado comprender
que puedo ser mejor persona y que, igual que a mí me habéis dado la oportunidad
de mejorar, yo debo aprender a perdonar y brindarles esa oportunidad a otros.
Así que desde aquí te digo a ti (tú que sabes quién eres) que quiero que lo
intentes, quiero volver a confiar en ti y que estemos como antes porque te
quiero en mi vida y porque, en las buenas y en las malas, siempre vas a ser
alguien importante para mí.
Así que puedo decir, oficialmente, que he
vuelto, mejorada y renovada con ganas de vivir estos últimos días en Madrid y
con una infinidad de gratitud por todos los momentos increíbles que he pasado
durante estos últimos meses. Vosotros me habéis cambiado, me habéis dado la
fortaleza que a veces me falta y os habéis hecho indispensables para mí. Me
habéis dado la mayor lección de todas: cuando
vives al 100%, cuando no te pasas la vida haciendo cálculos es cuando realmente
vives, sientes y conoces a personas tan maravillosas como sois vosotros.
Mil gracias amigos. En las buenas y en las
malas. Lo prometo.
Solo tengo una cosa que decir pequeña: Adoro verte feliz y pensar que estaras regalando sonrisas a tutiplén :)
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