30 de junio de 2011

Bésame

Me siento como una adolescente cuando te tengo cerca. Me muero por besarte cada vez que te tengo lejos, cada vez que hablamos a medianoche, cada vez que me dices que aquella noche te habrías quedado conmigo y no con cualquier otra. Me haces sentir viva. Me haces reir. Sin complicaciones, sin rayadas y aunque sea una locura completa, es perfecto, sencillo, es incluso mejor que cómo me había imaginado. Saber que tú te mueres por besarme de la misma manera en la que yo deseo que nos volvamos a encontrar como aquel día en el que los dos nos dejamos llevar.

¿Sabes? No tengo miedo a quemarme aún sabiendo que lo que estamos haciendo no está bien; aún sabiendo todo lo que implica lo que está sucediendo, pero nunca antes me había sentido así y no quiero dejar de hacerlo.

Cuándo quieras, dónde quieras, cómo quieras....Pero no dejes de querer besarme hasta que no podamos más. Disfrutemos de esta no-complicación hasta que se complique. Es sencillo: yo te beso, tú me besas y después....ya se verá.


18 de junio de 2011

Hielo

Es como si de repente hiciera frío de nuevo. Su corazón se había helado y era incapaz de sentir nada. No podía llorar, no podía autoinculparse o deprimirse, no era capaz de sentir algo, lo más mínimo. Era como si todo aquello la hubiera dejado en shock y no supiera cómo reaccionar o que simplemente prefiriera cerrar su corazón y meterlo en el congelador de nuevo...

¿Qué mejor? Así nunca más volvería a sentir dolor. Aquello, el hecho de haber dañado a alguien tan importante para ella, le había hecho tomar aquella decisión. Era sencillo y dejar de sentir se le antojaba en ese momento lo más sencillo del mundo...