30 de octubre de 2011

Todo cambia, dijiste.

Cuando te miro y sé que todo se acaba. Cuando sé que es el último beso, la última mirada, el último segundo a tu lado antes de que todo cambie. Una lágrima traviesa resbala por mi rostro y yo trato de cubrirla para que no me vuelvas a ver llorar.

Entonces lo haces, das un paso más y te subes a ese tren. Cuento uno, dos, tres y te giras para mirarme por última vez sabiendo que, la próxima vez que nos veamos, seremos completamente diferentes. Sabiendo que entre tú y yo nada volverá a ser lo mismo.

Y entonces lo hago, te grito que TE QUIERO porque, ¡qué más da!, de perdidos al río. ¿Y qué pasa si te quiero? ¿Tiene que ser por fuerza algo malo? Pues no, es algo que siento y punto, sin explicaciones o complicadas reglas de tres.

Te giras cuando las puertas se están cerrando para sonreírme y entonces...último recuerdo, ver como las puertas terminan de cerrarse y arranca. Entonces te veo marchar mientras no aparto la mirada de ese tren hasta que desaparece de mi vista llevándote a ti con él.

Y después.... instantes de silencio 

17 de octubre de 2011


El castillo de naipes que construimos se destruye
y YO lo hago con él...


No importa cuán equivocada esté, quiero equivocarme CONTIGO....

Quiero que me desnudes para después arroparme con la manta; quiero que me sonrías de esa manera que es sólo mía; quiero que me hagas sufrir una vez al año, pero que me quieras como a nadie los otros 364 días; quiero que me tires en la cama y me hagas cosquillas hasta que no pueda parar de reír; quiero que me digas que soy la única mujer de tu vida, que lo dejarías todo por estar conmigo y que me amas más que a cualquier otra que haya andado en el sendero pedregoso de tu vida: quiero despertarme cada mañana y saber que sigues ahí; quiero escuchar esa canción trescientas mil veces hasta que pueda cantar cada estrofa sin necesidad de melodía porque TU seas eso, mi melodía.

Quiero ser tuya, esta noche, mañana, todos los días...

Y cantarte al oído: y a mi me gustaría que vivamos para siempre y que seamos jóvenes eternamente. Qué harías si tuvieras todo el tiempo y no importara para nada si es verano o es invierno....

13 de octubre de 2011

So...

Ven. Acércate. Recuéstate en mi pecho y cierra los ojos. ¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentir cómo mi corazón se acompasa al ritmo de tu respiración? Ahora vuelve a abrirlos y mírame. Sonrisa, ese es el maravilloso gesto que me regalan tus labios. Y te sonrío yo también mientras te sostengo la mirada.

El tiempo corre en el minutero mientras nosotros seguimos observándonos en silencio. Nada importa ya más que la suavidad de tus manos en mi piel y la caricia del aire que entra por la rendija de la ventana entreabierta. Unas notas se oyen a lo lejos. Es una vieja canción arrugada, gastada por los años pero bella al fin y al cabo. Tan bella como la calidez de tu verde-azulada mirada pero a la vez tan melancólica como un día sin tu presencia.

Recuéstate de nuevo y juguemos a soñar juntos. Empiezo primero: quiero, quiero, quiero....y entonces me doy cuenta de que, mientras siga pudiendo perderme en tu cuerpo, no hay nada más que yo pueda querer.

2 de octubre de 2011

Octubre

¿Sabes? Estoy acostumbrada a alejar a aquellas personas a las que quiero por miedo a herirlas, por miedo de no sentirme a la altura de lo que me dan...Huyo porque tengo miedo de enamorarme y de entregarme de manera plena a alguien; pero a tí te lo di todo y no puedo olvidarlo. No es que no pueda, es que no quiero.

Quiero besarte de nuevo, sentir que nunca te has marchado, quererte y que me quieras como antaño hicimos. Quiero dejar de huir, de esconderme, de fingir que no me importas, de inventar excusas para alejarte por miedo a volver a caer otra vez, por miedo a volver a enamorarme de nuevo e irremediablemente de ti. Tengo miedo a que tengas que volver a marcharte, a volver a perderte, a quedarme de nuevo sin ti, quizá por eso sea más sencillo decirte que no te quiero, así no querrás volver a verme y, aunque me duela, evitaré caer otra vez por el precipicio.

Pero no me siento viva, no me siento viva sin ti. Siento que actúo por inercia, que me dejo llevar y que actúo como si nada de lo que vivimos importara ya, pero no es cierto, creo que aún te quiero, que si me besas puede que vuelva a sentir lo mismo y no quiera separarme.

¿Qué es difícil? Eso ya lo sé pero quiero besarte una vez más. Quiero hacerlo para saber si aún sigo sintiendo lo que creo que siento por tí. ¿Y si no? Prometo alejarme, prometo dejarte ser feliz, prometo no volver a herirte...