22 de mayo de 2012

No recuerdo una antihistoria mejor...


Echo de menos derretirnos al sol como hacíamos cada verano. Aún recuerdo cuando teníamos seis años y jugábamos a perseguirnos por la playa. Arena. Mar. Olas. Yo te pillo. Tú me pillas a mí. Yo vuelvo a pillarte. Así infinidad de veces hasta acabar tirados en la arena. Risas. Complicidad. Cosquillas. Recuerdo también aquellas noches de estrellas en las que me contabas que querías ser músico de jazz cuando fueras mayor y a mí me parecía la cosa más absurda del mundo. Todos los niños querían ser astronautas, médicos, policías y tú...tú tan sólo querías ser músico de jazz y que alguien escuchara aquellas melodías que, cuando creías que dormía, me susurrabas al oído. Éramos grandes amigos. Siempre estábamos juntos. Nos contábamos todo. Éramos, incluso, como hermanos. Reíamos juntos. Pasábamos los días ideando la manera de desquiciar a nuestras madres...

¿Cuándo dejamos de ser aquellos niños? Crecimos y nunca jamás volvimos a vernos. Yo te recordaba en fotos. Álbumes de años atrás apilados sobre la mesa del sofá. Love of Lesbian de fondo. Tu rostro en mi mente. ¡Qué pena que, con el tiempo, nos acabáramos haciendo adultos! Prometimos estar siempre juntos. Rompimos nuestra promesa mil y una veces. Un año. Dos años. Un infinidad de tiempo sin volver a encontrarnos.

Invierno. Primavera. Y luego...Verano. Volver a aquel lugar quince años después para saber si tú también habías regresado. Buscarte entre las noches de insomnio. Recitar tus canciones al amanecer. Tener treinta años y vagar por una playa desierta en busca de tu sombra. ¡Qué pena dejarnos perder!, ¿no crees?

Y otra vez Otoño. Volver a aquella gran ciudad que lo cambió todo. Volver a cerrar nuestro capítulo. Seguir con mi vida tras otro verano separados. Sonreír a mi pareja. Sonrisa desdibujada y cansada. Falta de ilusión y de ganas. Pensar otra vez en ti. Pensar en aquellos quince años que compartimos. Desde recién nacidos hasta la adolescencia siempre a tu lado. Ahora eres sólo una ilusión que vaga en mi cabeza y sigo sin saber por qué te escribo. Esto ya no tiene sentido.

¿Recuerdas? Cuando éramos pequeños tú siempre decías que debería dedicarme a escribir y, aquí estoy, sentada delante del teclado en la terraza de mi casa a las afueras de la ciudad haciéndolo. Él se ha levantado. Dice que debería seguir mañana. Me besa en la frente. Le respondo que en un rato iré a la cama. No dejo de pensar en ti. Algún día volveré a escribir sobre nosotros. Mientras tanto, te seguiré buscando....

2 comentarios:

  1. Aishh.. has vivido otra vida alguna vez? recuerdas tu vida pasada o algo? Parece muy real y por ello me encanta *-* ya sabes que adoro tu forma de escribir, no sé.. es adictiva.. sigue escribiendo pequeña porque para bien o para mal mínimo una lectora siempre tendrás :) pero avísame cuando escribas que sino no me entero xDD

    Tequiero!

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