4 de enero de 2012

Pero, ¿qué hago ahora?



Sólo quiero romper a llorar, acabar con todas estas mentiras que me corroen por dentro, decirte que estoy enamorada de ti y que siempre voy a estarlo. Quiero, joder, no sé ni que coño quiero, bueno sí, a ti, pero no puedo tenerte...

Todo, desde el estúpido paseo de hoy por el Retiro me recuerda a ti, a los días pasados a tu lado, a las risas, a todos los secretos y cosas que nadie sabe que he compartido contigo. Pero nada, cuando quiero que te des cuenta no lo comprendes, me dices que me quieres pero que sólo somos amigos y me rompes por dentro.

Yo...yo...a veces no sé a que estoy jugando. A veces lo único que necesito es ir corriendo a donde tú estás y besarte en los labios, olvidarme de todo entre tus brazos y dejarme de líos baratos, de sueños a medias y de conformismo desgastado. A veces lo único que necesito es que me digas que, quizá, algún día podrás enamorarte de mí, que querrás intentar ser algo más de lo que somos ahora, que quieres quererme hasta darte de bruces con la realidad si hace falta. Y yo...mirarte, secarme los ojos llorosos y sorber la nariz mientras dibujo una sonrisa tímida, que me beses y me digas que no quieres que se acabe nunca (y hacerlo realidad, por supuesto).

Pero lo sé, los príncipes azules no existen, el ''fueron felices y comieron perdices'' es sólo un invento para hacernos creer que todo es posible pero, aun así, aunque sepa que todo es mentira, me gustaría tener un poco de esperanza en este devastado mundo de compra-venta de sentimientos y emociones. Tú eres mi esperanza aunque no lo veas, tú llenas mi mundo con sólo mirarme, tú me ves cuando los demás sólo miran pero no, siempre dices que te tengo pero eso, eso para mí ya no es suficiente...


                           ¿Y qué hago si lo único que quiero es que te enamores de mí?

1 comentario:

  1. Seguir paseando y ver que te tuve tan cerca y no supe decir que te quería por que tenía.
    Maldito miedo que siempre nos corta las alas de felicidad y maldita imaginación que nos llena la cabeza de miles de falsas esperanzas.

    Dejeme decir le señorita silencios, su compañía en estos días ha sido estupenda, expcepto en sus piques con el móvil (es broomaa). Le echaré de mucho de menos. Hasta la próxima.

    Muua!

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