2 de noviembre de 2011

El día que decidí cambiar mi vida.

¿Alguna vez te has levantado por la mañana y has sentido la necesidad imperante de cambiar? ¿Te has dado cuenta de que nada iba bien y necesitabas dar un giro a tu vida?

Eso es lo que me ha pasado a mí esta mañana cuando me he despertado con un regusto amargo en la boca. No es que me haya levantado con el pie izquierdo o me haya vuelto loca, he hecho análisis de los últimos meses y he comprendido que no he estado viviendo realmente mi vida sino un sucedáneo (como cuando lo hacen en los alimentos). Me he aferrado con demasiada fuerza a algo hasta desgarrarme los nudillos y la realidad me ha devuelto la bofetada aún más fuerte que la vez anterior (bienvenida al club, dirían algunos)

NECESITO UN CAMBIO y por eso esto aquí, sentada delante de esta pantalla, a las 10 de la mañana de un lugar cualquiera de la ciudad en la que vivo. ¿Sabéis? Muy pocas personas se atreven a reconocer que han tocado fondo y muchas menos a dar el paso definitivo para salir de ahí. YO QUIERO SER UNA DE ESAS PERSONAS, de esas que obtan por vivir su propia vida, que no toman el camino fácil y que encuentran la manera de volver a empezar tras darse el golpe de su vida.

Una serie de desafortunados sucesos han acaecido en mi vida en los últimos meses (demasiados diría yo). Pensaba que era feliz, que lo tenía todo pero un día me desperté y me dí cuenta de que estaba sola, que mis decisiones me habían llevado al estado emocional en el que me encontraba y que no podía culpar a nadie de aquello, me lo había buscado solita.

Así que he tomado una importante decisión: voy a tirar los malos recuerdos por el abismo del olvido, voy a enterrar el dolor bajo tierra y a reinventarme día a día. Quiero encontrar cada mañana una razón para levantarme y sonreírle al mundo.

Os iré contando cómo van mis progresos.

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